188. Con lo que más batallo

Emocionada hoy comparto este tema que va a impactar la vida de más de una mujer espectacular que hoy me escucha.

A ti que me escuchas, que al ver el título te dió curiosidad, te invito a traer a tu mente eso que es con lo que batallas. Sé que pueden venirse muchas cosas a la mente, te propongo elegir algo, ese algo con lo que más batallas.
 
En el camino hacia el logro de tu peso ideal puede ser, la batalla con el peso mismo, hacer que la báscula se mueva, el tema de los antojos, “batallo con ideas creativas de comida que me hace bien”, “batallo para decir no cuando alguien me ofrece algo que no me hace bien”, “batallo en las tardes”, “batallo con mi esposo que se le antoja todo lo que no me ayuda comer a mi”.

Hablemos también de la batalla con esas partes de nuestro cuerpo, “batallo con mi cadera”, “batallo con mis brazos”, “batallo con mis piernas”, “batallo con mi cadera”.

¿Hay algo con que batallas? ya sea un hábito, o una parte de tu cuerpo. Elige algo, o sea una batalla a la vez. Luego vamos viendo cómo es que al reconciliar una batalla, se van reconciliando otra.

Primero vayamos al poder de las palabras. Estas frases que nos repetimos “yo batallo tanto con ______ ”. En la reflexión que te invito a seguir aquí conmigo, voy a quedarme con el “batallo con mis antojos” y en “batallo con mis piernas” como ejemplos.

Notemos como el batallar, es el estar en una pelea, estar en una guerra. Lo que nos repetimos si que tiene un impacto, si yo digo “batallo con mis antojos”, “batallo con mis piernas”, es porque lo pienso, de esto estoy revestida, de un sentirme, de un vivir en una batalla. Realmente no solemos estar conscientes del poder de nuestras palabras. Lo cierto es que nuestros pensamientos generan nuestro sentimientos y este “yo batallo”, no es algo que nos genera paz o confianza. El “yo batallo” nos genera estrés y desgaste, porque estoy declarando estar en una batalla.. Podemos ni notarlo, porque este es nuestro sentimiento constante. Si no hacemos nada para cambiarlo, este sentimiento puede ser algo eterno.

Y hagámonos la siguiente pregunta, ¿quién va a parar esta batalla?
Esta batalla, la paras tu o nadie la va a venir a parar. Y puedes estar pensando que no es algo que estás inventando, que es algo real, lo cual es cierto. Esta batalla es real porque nosotras la hemos convertido en realidad y podemos hacerla todavía más ruda, más intensa, más desgastante o podemos ir desvaneciéndola, suavizándola, hasta llegar a convertirla en lo que más amamos y de lo que más orgullosas estamos.

Voy a compartir tres pasos muy puntuales que pueden ayudar a terminar con esta batalla, lo que si es que, si llevas mucho tiempo con esta batalla, obviamente es un trabajo al que quieres darle la importancia y dedicarle su tiempo.

Porque pensemos, si el tema de los antojos fuera tu caso, imagínate que entonces lejos de sentir que batallas con los antojos, llegues a ser alguien que se describe como alguien que es más fuerte que sus antojos, o si lejos de sentir que batallas con tus piernas, claramente te logras describir como alguien que ama sus piernas, que les sabe dar cuidado ¿serías la misma? o ¿serías alguien más relajada, más libre, más plena?

Aquí los tres pasos que te invito a probar:

Paso número 1
Piensa y nombra eso con lo que más batallas.

Paso número 2
Nota el sentimiento que esta batalla te genera. Y nota también el ciclo en el que te ha metido.

Paso número 3
Pausa y respira, hazlo. Y si es un hábito con lo que batallas pon tus manos en el corazón, si es una parte de tu cuerpo con la que has tenido esa batalla pon tus manos ahí es esa parte de tu cuerpo. Respira conscientemente, mientras lo haces, piensa en esa batalla, reconócela.

Y en este espacio de conecte contigo misma, te invito a recitar la siguiente reflexión:

Reconozco esta batalla que he tenido, que he mantenido y que he fortalecido.

Hoy quiero renunciar a esta batalla.
Hoy convierto esta batalla en un camino al que solo le agregaré un poco de paz. Elijo paz, confío en que a partir de la paz conmigo misma puedo descubrir cómo transformar este hábito sin prisas, sin urgencia, sin juzgarme, porque yo: soy mas que un antojo, soy más un hábito.
Mi vida es un regalo y elijo vivirla en paz.

Hoy elijo hacer la paz con esta parte de mi cuerpo, no mas queja porque existe. Hoy decido convertir esta batalla en una práctica de gratitud. Estoy viva, tengo piernas. Me comprometo a darles un poquito de amor y cuidado cada vez que venga a mi la costumbre de quejarme de ellas.

Si hiciste este ejercicio, estoy segura de que se redujo un poco esa batalla. Si lo haces todos los días, no lo dudes: transformarás esta batalla en ese algo de lo que más orgullosa te sientes.

La propuesta es muy simple, en lugar de estar todo el día con el “yo batallo”, llénate del “quiero elegir paz”, “hoy busco cómo puedo crear paz”, “hoy me enfoco en cómo puedo estar en paz”. Y cada vez que regrese ese “yo batallo”, pausa y corrige “elijo paz”, hazlo genuinamente, hazlo una y otra y otra vez.

Escucha este podcast las veces que te sea necesario, todos los días si quieres.

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